Ayer nos concentramos más de 200 personas en la Calle Serrano 51 porque los accionistas de Elix Rental Housing votaron comprar 4 edificios más. Cuatro edificios más que se suman a Galileo 22 y que planean desalojar, reformar y sacar beneficios millonarios. Sus nombres ya los conocéis: Boldano 5, Salvia 1, Tribulete 7 y Pg. Vall d’hebron 6. En enero, desde el Sindicato sacamos a la luz sus planes y les hicimos una advertencia a todos los inversores aquí mismo, en su sede. Quieren desalojar 25 bloques entre Madrid y Barcelona, para venderlos reformados como pisos de lujo o turísticos en menos de 5 años. Beneficios millonarios a costa de destrozar nuestras vidas y nuestros barrios, además de seguir inflando el desorbitado precio del alquiler.
Por desgracia esta situación no es excepcional. Llevamos años enfrentándonos a compras de edificios completos, expulsiones, subidas abusivas y desahucios permitidos por las leyes que habéis promulgado o que no habéis querido derogar. Por ello, exigimos:
1/ La derogación total de la Ley de las SOCIMIs. Tanto esta ley, como la posterior exención de impuestos de la misma figura jurídica, fueron diseñadas para fomentar el mercadeo con nuestras casas, el enriquecimiento de los más ricos y el empobrecimiento y la inestabilidad de las inquilinas.
2/ La expropiación de todos los bloques de propiedad vertical, que viven amenazadas por Elix y demás buitres para que pasen a ser viviendas de titularidad pública.
3/ La cesión de uso de esas viviendas públicas a las comunidades de inquilinas de cada bloque para huir de la gestión burocrática y alejada de la vida de las personas. Exigimos que sean las inquilinas que viven en esos bloques las que puedan gestionar su propia vivienda bajo unos parámetros públicos.
Desde las administraciones públicas han puesto la alfombra roja a los fondos buitre para expulsarnos y comerciar con nuestras casas a su antojo, comprando y vendiendo en transacciones rápidas, sin pagar impuestos y sin ningún tipo de límite. Ha llegado la hora de ponerle freno nosotras mismas y organizarnos para garantizar nuestro derecho a una vida digna
Fotos: Alberto Astudillo