Madrid tomará las calles el próximo 13-O bajo el lema “Se acabó: bajemos los alquileres”, para mostrar el hartazgo de las vecinas de la capital y su apoyo masivo a una futura huelga de alquileres

El rechazo del Congreso a admitir a trámite su proposición de ley de regulación de alquileres temporales el pasado martes 17 de septiembre fue “la gota que colma el vaso de la rabia y la frustración” ante una situación en la que una mayoría social lleva demasiado tiempo pagando la crisis de la vivienda, mientras una minoría se enriquece a costa de su esfuerzo y su trabajo.

Los caseros y los rentistas son culpables de esta situación. Por eso, es el momento de que las inquilinas demos un paso al frente e iniciemos una escalada de movilizaciones hasta desembocar en una huelga de alquileres capaz de forzar a los rentistas a reducir el precio de los alquileres hasta un 50%, de tal forma que el inquilinato pueda destinar a la vivienda como máximo un tercio de sus ingresos mensuales -actualmente el porcentaje supera el 60%-.  Recordamos que la huelga de alquileres es una herramienta de lucha legalmente reconocida en varios países de nuestro entorno y que, de hecho, ya viene siendo empleada de manera real en sus conflictos contra fondos buitre

 

En Madrid se ha acabado la paciencia y llamamos a tomar las calles

En la Comunidad de Madrid, los fondos buitre poseen decenas de miles de viviendas que les regaló y vendió el gobierno autonómico madrileño. Por ello, es fundamental expropiarlas y recuperarlas para que pasen a estar bajo gestión y control de las vecinas que las habitan.

Al mismo tiempo, exigimos que se cierren todos los pisos turísticos, que cifran en más de 17 mil en la ciudad de Madrid, y la necesidad de recuperarlos para viviendas habituales. Reclamamos lo mismo con las más de 180 mil viviendas que se encuentran vacías en la Comunidad de Madrid

La patronal inmobiliaria y todas sus instituciones y aliados repiten continuamente el mantra de la necesidad de la construcción de viviendas para aliviar la situación. Esto es un error: tanto a nivel social como climático. No se trata de una cuestión de falta de oferta sino del uso de las viviendas ya existentes. El uso antisocial de las viviendas, ya sea dedicadas al turismo, a la especulación rentista o a mantenerlas vacías, es el principal problema estructural al que nos enfrentamos como sociedad. 

De igual manera, los desahucios siguen siendo una problemática real para quienes no tienen control sobre su vivienda, alcanzando los 82 diarios en 2024 mientras el Gobierno central asegura haber terminado con ellos. Es por ello que nos manifestamos para acabar con todos los desahucios y también para exigir la desarticulación de todas las empresas de desokupación que aterrorizan con métodos mafiosos y paramilitares a las familias más vulnerables..

Hoy la crisis de acceso a la vivienda en la Comunidad de Madrid y en toda España es mucho más grave que hace 5 años, y responsabiliza de ello tanto al Gobierno central, por el reiterado incumplimiento de su programa de gobierno, como al gobierno autonómico madrileño y los gobiernos municipales por su absoluta dejadez de funciones y sus políticas pro-inmobiliarias.

Exigimos la dimisión de la ministra Isabel Rodríguez

Considerando que el sufrimiento de millones de personas no puede quedar impune, exigimos la dimisión de la Ministra Isabel Rodríguez García por ostentar la más alta autoridad en la materia, así como por su responsabilidad personal y directa en el absoluto fracaso que ha supuesto la Ley de Vivienda hasta la fecha. Lamentablemente,  todas y cada una de las preocupaciones que hemos mostrado en relación a la ineficacia de la norma, desde el inicio de su tramitación hasta su eventual desarrollo reglamentario, se han visto confirmadas: es una ley diseñada para ser ignorada por la mayoría de las comunidades autónomas; esquivada por los rentistas, incluso en los territorios donde supuestamente se aplica; e incumplida por las inmobiliarias, todo ello con completa impunidad mientras se sigue cargando el peso de esta situación insostenible sobre las espaldas de las inquilinas.

Por todo ello, los sindicatos de inquilinas se están preparando para salir a las calles. La primera gran protesta: el 13 de octubre, y hace un llamamiento masivo a la movilización y a la organización popular posterior para conquistar una bajada inmediata de los precios del alquiler, recurriendo si es preciso a una huelga general de alquileres.  El 13 de octubre, las vecinas de Madrid demostraremos que no estamos dispuestas a someterse al chantaje de los rentistas ni a seguir aceptando las mentiras de los políticos a su servicio.