La socimi Elix Rental Housing II, vinculada a familiares de Esperanza Aguirre, quiere desahuciar a más de 50 vecinas de la calle Galileo 22. La comunidad entera se ha organizado en el Sindicato de Inquilinas y han decidido permanecer en sus viviendas para plantar cara a la especulación.
Ha nacido un nuevo Bloque en Lucha organizado en Madrid. Las vecinas de Galileo 22, clásico edificio del barrio de Chamberí, se han unido para hacer frente a una oleada de expulsiones que pretende llevar a cabo la empresa Elix Rental Housing Socimi II, creada en 2022 y dedicada a la compra, rehabilitación y venta de viviendas. La socimi es propiedad de AltamarCAM Partners, detrás de la cual se encuentra Claudio Aguirre, presidente de la firma y primo de Esperanza Aguirre.
En noviembre de este año, las vecinas de Galileo 22 recibieron la comunicación de que el edificio había sido comprado por Elix Rental Housing, tras haber recibido previamente un burofax en el que se les informaba de la no renovación de sus contratos. El primer desahucio se dio el pasado agosto, cuando la vecina y portera del bloque fue despedida de manera improcedente y expulsada de su vivienda. A partir de ahora, se espera un goteo de burofaxes para cada una de las viviendas, con la mirada puesta en una oleada de expulsiones en todo el edificio.
Sin embargo, las vecinas de Galileo 22 han decidido organizarse con el Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Madrid y acogerse a la estrategia #NosQuedamos para permanecer en sus viviendas y plantar cara a los planes especulativos de Elix. Esta herramienta sindical que consiste en permanecer en la vivienda una vez haya finalizado el contrato es utilizada por inquilinas de toda la región contra los abusos de nuestros caseros, desde grandes fondos como Néstar a caseros individuales. En Galileo 22 también lo tienen claro: “No nos vamos a ir. Somos vecinas y vecinos de toda la vida del barrio y ahora pretenden echarnos. Vamos a plantar cara a quienes quieren especular con nuestras viviendas y gentrificar nuestros barrios”, comenta Dámaris, portavoz del Sindicato de Inquilinas e Inquilinos y vecina del bloque. Junto a la suya, tenemos historias de vida de gente que lleva décadas viviendo en el barrio; personas que han nacido ahí, que han crecido ahí, que han envejecido ahí. Todas ellas dispuestas a luchar juntas para defender sus casas. El plan es claro: quedarse en sus viviendas y forzar a los caseros a una negociación colectiva que consiga soluciones para todas, sin que nadie se quede fuera.
Especulación sin límites por un entramado de socimis
El objetivo de Elix Rental Housing Socimi II consiste en repetir la misma estrategia que ya siguió anteriormente su empresa hermana, Elix Vintage. La familia Polanco –históricos accionistas del Grupo Prisa– junto a otros inversores como AltamarCAM Partners de Claudio Aguirre –primo de Esperanza Aguirre–, crearon la socimi Elix Vintage en 2017 para extraer beneficios millonarios gracias a la especulación inmobiliaria. Desde entonces, la empresa se dedicó a adquirir bloques en la capital así como en la ciudad condal para después rehabilitarlos y volverlos a vender a precios desorbitados, sacando máximo provecho al sistema normativo y fiscal que beneficia la actividad de las socimis desde las reformas del PP en 2013.
Durante cuatro años de actividad especuladora de Elix Vintage, cientos de familias fueron expulsadas de sus hogares en Madrid y Barcelona hasta que en 2021, su portfolio de 22 bloques fue vendido a Allianz, aunque siguen siendo gestionados por Elix a día de hoy. Un ejemplo de ello se encuentra a apenas unos minutos a pie de Galileo 22, en la calle Cardenal Cisneros. En este nuevo capítulo, la recién creada Elix Rental Housing pretende imponer un modelo similar de expulsión de vecinos y extracción de capital, pero esta vez centrado en la gestión de viviendas de alquiler y la especulación con las mismas. El nuevo proyecto ya ha comprado varios edificios por todo Madrid; Lavapiés, Tetuán y Barrio de la Concepción parecen ser sus nuevos objetivos, uniéndose así a ser principales propulsores del proceso de destrucción del tejido vecinal y de intensificación de las dinámicas de gentrificación y turistificación que vienen afectando a toda la ciudad desde hace años.
El impacto de la especulación en nuestros barrios
Las socimis como Elix, así como otros grandes tenedores y las agencias inmobiliarias, juegan un papel clave en este proceso: los pisos para turistas (ya hay más de 280 Airbnb en Chamberí), las habitaciones en alquiler a 750 euros o los alquileres de temporada que permiten subir los precios de la vivienda al margen de la LAU están siendo el día a día del barrio. Las vecinas de Galileo tienen un ejemplo muy cercano con el que compararse y contra el que pretender luchar: recientemente una gran empresa adquirió un edificio de su misma calle que, tras la expulsión de las vecinas y una remodelación de las viviendas, ahora ofrece lujosos pisos con piscina en alquiler.
Chamberí lleva más de una década siendo víctima de la subida constante de los precios de la vivienda, cada vez más prohibitivos para la gente del barrio que ha vivido siempre en las zonas más populares del distrito. De hecho, según los últimos datos publicados por el INE y el Ayuntamiento de Madrid, el precio medio del alquiler en Chamberí ha subido un 22,7% entre 2020 y 2023, lo que le sitúa entre las zonas de la ciudad en la que más se ha encarecido la vivienda en ese periodo. En noviembre de 2023, el precio medio del suelo para alquiler se situaba en 21,6 €/m², lo que hace que el alquiler de un piso de 70 m² cueste más de 1.500€ y algunas consultoras cifran el alquiler medio de un piso de tres habitaciones en unos desorbitados 3.572€. Por eso mismo, hay un especial interés en expulsar a aquellas familias que siguen manteniendo precios de 500-700€; solo así se podrán hacer negocios por y para las rentas altas, limpiando el barrio de aquellos a los que ya no se quiere por ahí.
Ante esta situación, desde el Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Madrid decimos que #NosQuedamos. Nos organizamos ante las subidas abusivas de alquiler y los especuladores que están haciendo de nuestra ciudad, vivienda y vida, una mercancía.