Los Sindicatos de Inquilinas denunciamos las puertas giratorias entre el gobierno y la patronal inmobiliaria y advertimos de que defenderemos los derechos de las inquilinas hasta el final.
Hace unas horas, El Confidencial sacaba la exclusiva de una nueva puerta giratoria entre el gobierno y la patronal inmobiliaria. En este caso, Isabel Pardo de Vera, exsecretaria de Estado y número dos del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana pasará a ser la directora de Asval, la patronal creada por Blackstone en España para proteger los privilegios de los caseros y los fondos buitre a costa de las inquilinas. Si este hecho se formalizara, estaríamos hablando de un escándalo y un claro caso de conflicto de intereses. Pardo de Vera tuvo un papel crucial en la negociación de la Ley de Vivienda, concretamente, el debate más encarnizado fue alrededor de la aprobación de una regulación de alquileres que bajara los precios asfixiantes del alquiler.
El nombramiento de Pardo de Vera no solo es intolerable y un verdadero insulto para los millones de personas que vivimos ahogadas por los abusivos precios del alquiler. Además, también es ilegal. En su artículo 15, la Ley 3/2015, de 30 de marzo, que regula el ejercicio del alto cargo de la Administración General del Estado, establece que los altos cargos no pueden prestar servicios en entidades privadas que hayan resultado afectadas por decisiones en las que hayan participado durante los dos años siguientes a la fecha de su cese. En este caso, hace menos de un año desde que Pardo de Vera dimitió como secretaria de Estado.
Más allá de la ley, la incorporación de Pardo de Vera al lobby de los rentistas y los fondos buitres evidencia un secreto a voces: la patronal inmobiliaria ha conseguido parasitar el corazón mismo desde el que se elaboran las políticas públicas de vivienda en el Estado, un ministerio cuya misión debería ser garantizar el derecho a la vivienda, pero que se ha convertido en una sucursal de los rentistas. Estos estrechos vínculos no se limitan a la anterior legislatura, sino que son un hecho sistemático entre quienes deciden la política de vivienda del gobierno del PSOE. Muestra de ello es la trayectoria del socialista Joan Clos, exalcalde de Barcelona y exministro de Industria, pero también presidente y principal cara visible de Asval durante los últimos cuatro años, la asociación más detractora de la regulación de alquileres.
Ahora, la creación de un ministerio de Vivienda, con Isabel Rodríguez a la cabeza, abre un nuevo ciclo. Los Sindicatos de Inquilinas seremos la piedra en el zapato de quien defienda los intereses de la patronal inmobiliaria por encima del derecho a la vivienda. Y continuaremos fortaleciendo y extendiendo nuestros sindicatos y representando a los miles de hogares que vivimos de alquiler. Ante su mafia, sus puertas giratorias, sus estafas y mentiras: ¡nuestra organización sindical!